El radiador es el elemento terminal en toda instalación de calefacción, es el vehículo de transmisión del calor generado en la caldera, al ambiente a calefactar.
Los hay de chapa de acero, de aluminio, de hierro fundido, y cada uno tiene unas características propias. La transmisión de calor se produce por radiación, que no es otra cosa que el calor que emite el radiador a su alrededor como consecuencia de su calentamiento, y también por convección, que es el calor que cede al aire frío que entra por su parte inferior y se expulsa por su parte superior, con lo que se consigue el calentamiento de la habitación en la que se ubica.
El dimensionamiento del radiador se hace teniendo en cuenta las dimensiones del local a calefactar, y el salto térmico que proporciona el generador, a menor salto térmico mayor tamaño del radiador. Como norma general,
un radiador entrega su máximo rendimiento cuando la caldera le envía agua a una temperatura de 70ºC. Un dimensionamiento correcto, dará como resultado un ahorro de gas, ya que el local se calentará con rapidez, y la caldera dejará de funcionar.